Soñé volar entre montañas y ríos,
vi mundo, vi cielo,
vi arena, bosques, selvas y océanos,
lo vi.
Y sentí que el mundo era amable,
que todo era posible,
que el techo no era el cielo
y que sería feliz.
Lo amé,
amé soñar,
amé sentir,
amé ser libre.
Pero la vida no fue así,
los sueños eran espejismo,
y estallaron en pedazos,
hiriendo lo que era.
Hoy sueño pesadillas,
con cicatrices en el alma.